Allá por el año 1988 se rodó una película llamada Waxwork en la que un grupo de jóvenes se tenía que enfrentar a las múltiples caras del terror en un juego a vida o muerte en el interior de un museo de cera. Como suelen decir por ahí, las historias nunca empiezan y nunca acaban... sobretodo si sobrevive una maligna mano desmembrada a los acontecimientos. Esa no es nuestra historia, nosotros vamos a hablar de su secuela, Waxwork II, dirigida también por el gran Anthony Hickox en 1992.
Y gracias a mí... ¡tendréis secuela! (Y todo parecido a la mano de Ash en Evil Dead 2 es totalmente inintencionado).
Waxwork II Lost in Time enlaza argumentalmente con la primera película a través de la susodicha mano. Los primeros minutos de la película son los únicos que parecen propios de una película de terror, pues tras entrar los dos protagonistas, Mark y Sarah (la actriz que la interpreta cambia con respecto a la primera parte) a través de una puerta dimensional es imposible tomarse la película en serio. Para empezar, el motivo que empuja a la pareja a saltar a lo desconocido a través del portal es la posibilidad de buscar evidencias que demuestren que Sarah es inocente del asesinato de su progenitor (¡efectuado por la mano!). Así de una manera sucesiva Mark y Sarah perpetran parodias de Alien (1979), The Haunting (1963), Godzilla (1954), Jack el Destripador, Frankenstein, Nosferatu (1922, ¡MUDA Y EN BLANCO Y NEGRO!), e incluso de The Dawn of the Dead (1978, de George Romero), y muchos easter eggs que iremos comentando más adelante. En cualquier caso, hay que reconocer a esta película cierto valor creativo, pues es anterior a The Army of Darkness (1992), al piloto fallido de Doorways (1993) o a la serie de Sliders (1995), con temas similares de viaje a mundos alternativos, que salieron más tarde.
Y este es el portal al mundo paralelo de... Cartagra.
¿Qué tenemos a partir de allí?
La trama avanza sin mucha lógica interna hasta que en el último mundo deben enfrentarse a un malvado hechicero cambiaformas, que pretende hacerse con el poder en un reino medieval. Es decir, el clásico hilo argumental de viaje de ida y vuelta a un mundo fantástico y nuevo por parte de los protagonistas, en clave de parodia u homenaje a infinidad de películas del género. Viajando en el tiempo y en el espacio, visitan diferentes épocas y lugares (que no dejan de ser diferentes facetas del universo de Cartagra), en los que en cada uno se realiza un particular homenaje a una película conocida. Waxwork II estructuralmente es extraña y no resulta muy orgánico la duración de la parte asociada al mundo medieval con respecto al resto, pero no se hace pesado, porque su interés es únicamente identificar las diferentes meta-referencias y pasar un buen rato.
Si veis muchas películas en el gif es porque, efectivamente, Waxwork II son infinidad de películas en 1.
¿Y qué más? ¡Los cameos! Tenemos minipapeles de gente famosa, como el genial correspondiente a Bruce Campbell, autoparodiándose a sí mismo, el de Drew Barrymore como víctima de Nosferatu, o el de Carradine (¡Kung fu!) en el rol de vagabundo que entrega la espada al héroe. El protagonista, Mark, es interpretado por Zach Galligan, un actor cuya carrera se vino para abajo tras una aparición prometedora en las películas de Gremlins 1 y 2.
Y, Niños, esta es la razón por la que Bruce Campbell vale más que todos vosotros juntos (por si no lo habéis percibido, es un homenaje al Caballero Negro de Monty Python y los Caballeros de la Mesa Cuadrada).
El cuervo, que no deja de ser un mentor reencarnado que aparece de manera totalmente deus ex-machina, nos deja una perlita en forma de frase de esta magnitud:
Let me try putting this in a more earthly way: Sarah and you have actually stumbled into God's Nintendo game.
FUCK YEAH!
El gore de la película realizado por Bob Keen, el responsable de los efectos en Hellraiser III o Nightbreed entre otras, resulta altamente exagerado y poco realista, perfecto para una película que se inclina claramente más por la vertiente de comedia y parodia que por la del terror puro y duro.
Sólo le faltaba mencionar a un saltamontes de pequeñas dimensiones. ¡Grande, David Carradine!
En definitiva, ridículamente bochornosa o ridículamente awesome. Como siempre decidís vosotros. Yo pasé un buen rato.
Fichas de la película:
Dime una cosa, Carradine actúa con gesto cansado y de suficiencia, ¿no?
ResponderEliminarToma comentario anidado.
EliminarYo lo definiría como pasota. Nada atrabiliario, desde luego.
ResponderEliminarAunque se aparte bastante de la temática de su primera parte (abandonando casi todo lo relacionado con el terror)he de decir que resulta bastante entretenida, sobre todo la pelea final, por distintas épocas.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, traiciona claramente el espíritu de la primera película. De terror sólo tiene los primeros minutos. Pero bueno, está llena de guiños y, como bien apuntas, la batalla final es entretenida y vistosa. Muchas gracias por el comentario. Un saludo.
EliminarHala, de Waxwork II había oido hablar en un ejemplar de Fangoria que conservo de hace la tira de años (revista que molaba un montón. Para los redactores, hasta la mayor mierdecilla era gloria bendita). Ahora mismo me pongo con ella.
ResponderEliminarComo recomendación un poco más antigua, Transylvania Twist: es un humor muy tontorrón pero salen los monstruos que hemos conocido a lo largo del cine. Y encima, el Necronomicon.
¡Hala! Transylvania Twist mola bastante. Creo recordar que tenía un mini-número musical en un carruaje. Tiene también el mismo aire ligerito de Waxwork II. ¡Jim Wynorski ha sabido dirigir cutradas muy "potentes"!
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