¡Un giallo arácnido! ¡JA! A veces no sé qué hago con mi tiempo. Supongo porque ahora estoy un poco de revisión tanto del cine deudor de Alien como el deudor de H.P. Lovecraft. Pero aquí estamos. The Spider Labyrinth (Il nido del Ragno es el título original en italiano, mientras parece que aquí fue traducida por un también apropiado pero quizás no tan poético "La Secta de la Araña") es un ejemplo de un género que ya andaba un poco de capa caída en el momento de su estreno, allá por el año 1988.
Alan Whitman, hablando una extraña lengua olvidada... Ah... no, mierda... ¡son los subtítulos en japonés!
Alan Whitman (interpretado por Roland Wybenga) es un atribulado profesor experto en lenguas antiguas originario de Dallas, torturado por una fobia animal que le atenaza desde la infancia: las arañas. Muy Dan Browniano, Indiana-jonesiano o Lovecraftiano, como os guste. Es enviado a Budapest para investigar e intentar traducir junto con el profesor Roth unas tablillas antiquísimas, supuestamente datadas hace más de 5000 años. Lo que no podía preveer antes de aceptar el viaje es su lenta caída dentro de una espiral peligrosa llena de muerte, misterio, bizarrismo... y arañas.
Sin comentarios.
En Budapest las cosas no le marchan tan bien, pese a conocer a la encantadora Genevieve, que le presenta al Profesor Roth y le lleva al hotel en el que se hospeda. El profesor es rápidamente asesinado en extrañas circunstancias poco después de su encuentro con Whitman, en lo que es el comienzo de una serie de muertes perpetradas por el asesino giallo. El asesino de la peli es una especie de sectaria arácnida premium, premium de fuerza premium, premium de fealdad premium, premium por los poderes arácnidos premium. El resto de sectarios no a la suela del zapato a esta super araña en cuanto a bizarrismo premium. Los comienzos son muy giallo casi de manual, con los asesinatos de aquellos infelices que se prestaron a avisar a Whitman en una secuencia lenta y pseudo-onírica. Posteriormente va tomando cuerpo de una manera un poco más prominente la trama sobrenatural.
Guapa como que no es la super-cultista asesina.
El clímax final me recordó a una especie de mezcla de la gamberra Society de Brian Yuzna y al propio Lovecraft, con sectas y antiguos cultos a aberrantes divinidades. Porque esa es la trama: una sobrenatural sociedad secreta arácnida. Y, por supuesto la enseñanza moral común de todas estas películas: Cuando aparecen extraños y te dicen que huyas de un lugar en cuanto puedas, hay que hacerles caso.
Típico, pero sugerente, plano de escalera de caracol.
La inconsistencia argumental típica del giallo italiano está aquí (algo) moderada, pues pese a tener sus momentos de guión poco refinado el núcleo central de la historia no cae en el saco de lo inepto, lo cual es decir bastante. Bueno, la escena sexual de la película, si fuéramos justos con Uwe Boll, competiría con la de "Alone in the Dark" por el premio a la más innecesaria, aunque a la postre se agradece, pues la guapa secretaria del Profesor Roth, es una italiana jamona bastante buena, Paola Rinaldi. No se puede decir mucho bueno de su actuación, un poco sosa aparte de aquí.
¡Ja, los japoneses y su deleznable censura traslúcida nos tapan perfectamente las partes pudendas de Genevieve!
Al final la trama se desencadena de la manera más o menos esperada. Pues prácticamente todos los personajes con los que se relaciona Alan son miembros del extraño culto de la araña y existe una deidad arácnida cuyo nombre no puede ser nombrado. Y claro, Alan tiene que caer en la telaraña de la secta. En una explosión bizarra de efectos ochenteros de "body horror".
Mira a quién hemos invocado.
El ritmo de la película por momentos es angustiosamente lento, perfecto para caer en los brazos de Morfeo. Siestica & Giallo. Por el contrario, los efectos de la película no nos decepcionan. Son curiosos en un sentido cutre y demodé, con el suficiente tomate e incluso alguna araña en stop motion. Y junto al aspecto visual terrorífico de la segunda parte, hacen un buen pack. Y es que, visualmente, el poco conocido director Gianfranco Giagni demuestra ser, otro más, heredero de Argento, con planos bastante surreales e hipnóticos, aunque en la parte central de la película hay quizás demasiado paseo chorras por Budapest.
Curiosa película, pero quizás demasiado lenta para ser plenamente disfrutable. Y bueno, los subtítulos incrustados al japonés, quieras que no, distraen.
Fichas de la película:
La palabra giallo acaba de recordarme lo bien que lo había pasado viendo Rojo Oscuro en la tv (de nuevo, cortesía de la tele autonómica. Cuando friki había suelto por Santiago).
ResponderEliminarEste pinta raro, raro, y más por el toque lovecraftiano de la secta esa, ¿no lo hay sin subtítulos al japo incrustados?
El giallo tiene su encanto, pero no lo recomendamos como película de sobremesa o a gente con problemas de narcolepsia.
EliminarRespecto a lo de los subs también me lo pregunto, porque creo que sí se llegó a comercializar el VHS en castellano.
Ese plano de la escalera es tan tan vaticano... Por cierto, como peli para cultos rarunos, te recomiendo que veas de una vez la de Hollywood Chainsaw Hookers, aunque poco tiene que ver con toda esta movida italianichi. El niño diabólico de esta es una monada, casi dan ganas de resucitarle sólo por poder explotarle un ojito.
ResponderEliminar¿Fred Olen Ray y una secta de scream-queens? Count me in!
EliminarLa he buscado desesperadamente hasta llegar al punto de casi prostituirme por ella...(la de Hollywood Chainsaw Hookers...) que no me diriais donde encontrarla???
EliminarGracias de antemano amiguitos de lo bizarro!
Echa un ojo al twitter y te cuento. DM al canto.
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