Reseña: Leprechaun 4 In Space (1997)

(Pues sí, esto de los plagios de Alien puede acabar siendo un ciclo de reseñas)

Small though I am,

mighty is my spirit

when bloody battle calls.

Come at me with what you will,

shoot me, stab me,

kill me in a hundred ways

and still I fight on.

I am eternal as the sun,

I am a thousand demons from hell.

Death and destruction are my game,

 agony is my name HA HA!

El salto al tiburón (Jump the shark), ese intento miserable de resucitar una serie o una franquicia de películas agotada con un cambio sorprendente y ridículo, más curioso que realizan la mayor parte de las sagas de terror cuando la franquicia está ahogada en la miseria es el de llevar a su asesino al espacio (si lo han hecho en Critters 4, Hellraiser IV y Jason X ¿por qué no en Leprechaun 4?). La diferencia aquí es que es argumentable que la franquicia de Leprechaun ya comenzó en la mierda. Para no dilatar más el veredicto, lo aclaro rápidamente: La película es horrible. No está hecha para tomársela en serio, sino para perder neuronas a cucharadas. Pues nada, aquí tenemos una pseudo-parodia sin la menor gracia y por supuesto con una total falta de atmósfera o terror alguno. Como comedia es un aborto, como película de terror una basura, y como reciclaje y "collage" de bizarradas es... simplemente pasable. Ese es el único punto por el que se puede coger a Leprechaun 4... y ni siquiera. Es que es un ejemplo de lo extraordinariamente ridícula, excesiva y estúpida que se puede hacer una película sin arrancarte media sonrisita. En serio, es increíble que con lo bizarra que es me haya dejado tan mal sabor de boca.

No es el inicio que te esperas encontrar en un plagio de Alien. 

Un destacamento de marines a sueldo de un Dr. Strangelove de la vida se dirige a un planeta para capturar a un peligroso alien. Allí, nuestro leprechaun está intentando cortejar a una alienígena, la princesa Zarina. Sus motivos ocultos no son otros por supuesto que el llegar a convertirse en Rey. Los marines capturan a la princesa y traen como polizón al leprechaun. Todo muy tonto, sí... Bieeen, el leprechaun ha salido del pene en vez del pecho... ¡Qué gracioso!... (Con todo lo metafóricamente fálicos y sexuales que son el xenomorfo de Giger y el filme en general, me extraña que no fuese ese el método de la película original de Alien). 

Lame. Warwick Davis no se podía haber metido en un papel más cutre que el de  Leprechaun.

Aunque quiere ser una parodia de Alien, la ambientación resulta más afín a películas con Starship Troopers o a Aliens de 1986, debido a la composición de la tripulación por militares.  Eso sí, las baterías de sátira fina se las dejó el leprechaun en su planeta. Esto aquí también va de ridiculizar como imbéciles a los marines, pero más que con humor lo consiguen en todo caso con unas actuaciones horrorosas. No faltan tampoco referencias baratas a otros mitos de la ciencia ficción, como Star Wars.

Marines travestidos. La película lo tiene todo y no hace ni puta gracia. 

En la parte final ocurren más y más chorradas (siempre acompañadas de fanservice y de desnudos parciales). Y mira que es bizarra: un bicho mutante a lo Ungoliant, el jefe de marines travestido  atacando con nunchakus (y que se acaba revelando como un androide)... 

Arrancado de ropa deus ex machina... ¡De lujo!

Los actores son abortivos. Warwick Davis, aunque resulta grotesco como leprechaun, queda claro que es el único con un gramo de talento en el reparto. Están ahí por musculitos o por ser féminas de buen ver. Y es que las mujeres están bien escogidas físicamente. Todas son extra-petables: la princesita espacial (una Dejah Thoris maligna), la artificial belleza de la Doctora Tina... Hacen un poco más pasable el trago.

Se quita la camisa para hacerse un torniquete,
¿pero... y el torniquete?

En la parte final de la película se agradece (o no) que en una escalada striptease, por ninguna razón en particular, los diferentes protagonistas sientan una necesidad compulsiva de desvestirse. Zarina, que  parte de unas vestimentas iniciales muy "escuetas" es la que se agradece más.

This is your fate. Unspeakeable pain await you.

Pues eso, en la parte final el musculitos se quita la camiseta porque sí, a Tina (Jessica Collins) le arrancan la falda y Zarina (Rebecca Carlton) nos enseña la particular manera que su especie tiene de emitir una sentencia de muerte. 'A breast showing means a death sentence'.



Como conclusión, atroz película que apuesta por un valor tan arriesgado como es la vergüenza ajena para venderse. No sabe qué cojones pretende, porque ni resulta comedia ni resulta terror. Quiero olvidarla ya. Menos a las señoritas. Puramente para coleccionistas de lo cutre. Su secuela Leprechaun 5: in the Hood, promete ser aún peor que ésta. No se la pierdan. #NO