Si hay un vicio secreto que tengo en el cine es por los llamados character actors (actores de personajes). Si atendemos a la sabiduría wikipédica:
A character actor is one who predominantly plays unusual or eccentric characters. The Oxford English Dictionary defines a character actor as "an actor who specializes in character parts", defining character part in turn as "an acting role displaying pronounced or unusual characteristics or peculiarities".
Cuando el personaje es realmente extraño y pintoresco, temidos conceptos como el de sobreactuación se difuminan y no afectan negativamente a la película en la que salga. Y si alguien me pide un ejemplo canónico de "character actor", pues Christopher Walken es tan bueno como cualquier otro. Y en The Prophecy literalmente lo peta. La película está para verle a él con ese habla siseante, con su gabardina negra haciendo y deshaciendo en la tierra. No ha habido seguramente ángel más molón en el cine, con esos aires chulescos de rock star. Como curiosidad el propio Walken interpretó más o menos en la misma época un papel bastante calcado en ¡UN VIDEOCLIP DE MADONNA¡ (las imágenes que lo atestiguan).
Porque aparte de él y la corta pero también potentísima actuación de Viggo Mortensen, que por aquel entonces era poco menos que un desconocido, como Lucifer, The Prophecy (titulada Ángeles y Demonios en España, aunque demonios lo que son demonios no hay muchos) no es algo extraordinario. Aunque todo hay que decirlo, para el presupuesto que debió tener, la ambientación oscura y los efectos son más que correctos.
He venido a la UCI para contratar a un chófer.
El reparto aparte de Walken y Mortensen hay que reconocer que no está nada mal: Elias Koteas (que aunque ha salido en varias películas conocidas, como Shutter Island, El curioso caso de Benjamin Button o la genial Gattaca, yo siempre le recordaré como Casey Jones en la peli de las Tortugas Ninja) hace aquí de un personaje humano algo soso convidado en esta guerra celestial: Thomas Dagget, un ex-sacerdote convertido en policía. No sé por qué se incorpora su pasado y traumas en la historia, cuando es algo totalmente decorativo en la trama. Virginia Madsen, otra actriz que nos cae bastante bien, también tiene un papel secundario decorativo como profesora infantil en un pueblo perdido de Arizona. En cualquier caso estos dos personajes humanos se puede decir que son totalmente accesorios.
Virginia Madsen y Elias Koteas interpretan aquí a la pareja accesoria por excelencia.
La historia empieza con Simon (Eric Stoltz), un ángel que está buscando un objeto muy poderoso e importante que podría decantar hacia su bando la guerra que se libra en el cielo y de la que depende el futuro de los monos habladores (los seres humanos). Se supone por supuesto que es un ángel pro-humanidad que se opone al árcangel Gabriel, interpretado por Walken. Eso sí, tiene una escena de un subtexto pedófilo tan poco subtexto, que te hace levantarte del sillón y gritar REAAAAALLY en voz alta. Y a partir de ahí, un corre que te pillo entre los ángeles, los humanos mencionados, los no-muertos que ficha Gabriel de las unidades de cuidados intensivos y el susodicho McGuffin celestial (que viene a ser el alma humana más podrida de todos los tiempos), hasta el final en el que aparece por sorpresa Viggo Mortensen como Lucifer y zasca.
Simon, el querubín pedófilo.
El guión ciertamente no está muy trabajado. Pillado por los pelos, puedes encontrar muchas incoherencias en este. No aguanta desde luego un análisis muy sesudo. Pero vaya, viene a ser como un capítulo inspirado de Supernatural de los de la cuarta o quinta temporada. Y... mmm... Esa gabardina que lleva Castiel podría no haber estado inspirada solo en la de John Constantine... Y ya desde mi condición de completo ignorante no creo que haya tampoco mucho rigor con la mitología cristiana (aunque Gabriel salga tocando la trompeta).
Y este es el bonus track con el que nos sorprende el tercio final de la película: Eso es una entrada en escena con presencia y lo demás son tonterías.
Conviene recordar que esta película dio lugar a una auténtica saga del mercado de DVD, con un total de 5 películas. ¡Ni más ni menos que una pentalogía! La primera secuela es la única que he visto. En esta segunda parte aparece también Walken como Gabriel, y el nuevo fichaje "estrella" al elenco de angelitos es Eric Roberts como el árcangel Miguel. Es peor película, algo más tonta, y la progresión descendente que parecía llevar la saga me llevó a desistir de ver más (en las últimas ya ni llega Walken a hacer acto de presencia).
La peli cuando se quiere poner super-grimosa nos sorprende con un cuadro de ángeles empalados.
En resumen, una película de fantasía protagonizada por serafines y querubines muy sencillita, con una guerra celestial que destaca sobretodo por los personajes angelicales (Gabriel, Lucifer y en menor medida Simon). Es entretenida, oscura, de pretensiones cuasi-telefílmicas y no se hace para nada larga, entre otras cosas porque dura poco más de hora y media. Una peli noventera entrañable.
Me pareció el típico caso de película en la que las interpretaciones están bastante por encima del guión. En cualquier caso entretenida y ¡con un ángel negro!. Y sí, ciertamente Supernatural y sus Castieles atufan a esto. ¡Buena reseña, te doy mis dies pinche! :D
ResponderEliminar¿¿Negro?? El ángel del principio lo único que tiene negro son sus cuencas oculares vacías. :S
EliminarQué ida de olla. Pues es verdad, no era negro, no tengo la menor idea de dónde me habrá venido el Inception. :/
EliminarOtra que conocí gracias al videoclub, y para su época, me había parecido bastante original, con todas sus limitaciones de presupuesto. Lo mejor, Christopher Walken.
ResponderEliminarNo sé si será por la cantidad de cine que estoy viendo estos días, pero cada día estoy más convencida que la época de los noventa no me gustó nada de nada: había muy poco género, y menos En la boca del Miedo, la mayoría de series B empezaban a adquirir un aire cutre y demasiado telefilmero (además, las grandes de la época, como Jóvenes y Brujas o el cacareado Scream no me gustaban nada de nada).
Yo creo que en la serie B todavía aguantó un poquito más allá de 1990. Aunque es verdad que en esta década empezaron desde el principio a brotar como setas las sagas de pelis quitando bastante gracia al asunto. Porque tener una peli de juguetes asesinos puede molar, pero a la quinta parte ya empiezas a tirarte un pelín de los pelos.
EliminarPero vaya, que de este cambio tercio de décadas es claro ejemplo el paso de Empire a Full Moon y sí, es cierto que hay un cambio de atmósfera de forma general. Pero creo que aún así los últimos coletazos del buen cine de serie B se dio pasado el ecuador de la década.
Es un cambio en el cine de manera general, y el cine de género también se vio afectado. Seguramente a peor en el de fantasía, como dices. Pulp Fiction y Seven, entre otras, marcaron mucho la sensibilidad del cine en adelante en todos los géneros. Mira por ejemplo Jurassic Park, una película para niños/adolescentes cambió bastante el tono del cine comercial. En el cine de género de serie B, sí es verdad que se perdió cierta inocencia y encanto. Pero bueno, de esta época es Mortal Kombat. Ja-Ja-Ja.
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