Una película de demonios zombificados con patadas giratorias por doquier hecha con 300.000$ tiene que molar, ¿no? En base a la respuesta que contestamos procedimos a realizar esta review de Demon Wind (Viento del Infierno).
Y en principio no habría que disir nada más. Si no te la hemos vendido ya con esto, no eres de los nuestros.
La peli, dirigida por un no muy conocido Charles Philip Moore en 1990, presenta a la vista del ojo poco entrenado un nivel de truño en plan de la podía haber cagado esta mañana. Se agradece que para el presupuesto que tiene, hagan uso de algunos efectos "especiales". La película pasa sin ningún problema como un sucedáneo barato de Evil Dead o de The Night of the Demon. En cuanto a planos y cinematografía, Demon Wind es, de nuevo, más que correcta para los dineros con los que se produjo.
Un joven, Corey, tiene unos sueños que le indican que debe volver a la granja de sus ancestros, para encontrar respuestas que le cuenten quién es en realidad. Decide ir con su novia Elaine y 3 parejas más en plan escapada de fin de semana. No todo marcha cómo lo esperarían y tras varios presagios bastante lame (para empezar el clásico abuelo de pueblo que les advierte de que no vayan a la casa) de que lo horrible está por llegar, la alegre banda se verá inmersa en un infierno gore de zombies y demonios pustulentos, que rezuman el liquidillo que a nosotros nos gusta (¡Al más puro estilo de Night of the Demons!). Por supuesto, no se puede esperar que una banda de adolescentes estúpidos en una película estúpida realice algo inteligente, ¿verdad? No lo harán. Demon Wind tiene, sin embargo, multitud de escenas, que podemos considerar bonus tracks, que la convierten en mucho más ridícula y especial que tu típica película de zombis promedio. Los diálogos, por supuesto de manera involuntaria, están hechos del material del que están hechas las risas.
La pandilla, junto a la niebla que debería haber dado nombre a la película... Si se hubiera titulado correctamente como Demon Fog (Niebla del Demonio) en vez de Demon Wind.
Algunos personajes de la banda que acompaña a Corey son bastante pintorescos. A saber, aparte del relleno, está una pareja fundamentada en los principios más incólumes del machismo tradicional (Dell y Terri). También tenemos al dúo de magos de Chuck (¡maestro de kung fu!) y Stacy, con tensión homoérotica incluida. El trolleo de Chuck a Dell es brutal, con la escena de la presentación y con el truco de Chuck de hacer aparecer una paloma que le caga encima al segundo.
Hola, soy Chuck, una mezcla de Jared Padalecki y Kevin Bacon, practicante de la magia y el Kungfu. Me has ofendido, prepárate a morir.
Corey tiene que tener un hándicap intelectual muy grande para, después de todos presagios, quedarse a dormir en la casa de las narices, ¿no? Quiero decir: después de que un viejo los advierta, de ver un esqueleto crucificado que se mueve, de que un cuchillo telequinético casi le mate, de traspasar una puerta mágica, de sufrir los temblores de toda la casa, de ver los cadáveres de sus familiares, de que una niebla diabólica los teletransporte, de presenciar la combustión espontánea de la chimenea y de que los coches no funcionen. Con todo eso además de sufrir la primera muerte en el grupo (la de Bonny) Corey demuestra una total falta de empatía y un retraso mental considerable porque afirma que, por ahora, "sólo pretendían asustarlos" (Sic).
Para encauzar el épico desarrollo de los acontecimientos empiezan a aparecer poseídos por todas partes, a pesar de que el emplazamiento de la casa era bastante tranquilo a priori. Aparecen unas dagas muy cutres que sirven para acabar con los zombis y un libro de hechizos. La película no goza de muchos desnudos femeninos, pero nunca puede faltar una visión de unos buenos pechos (por lo menos si queremos ser benévolos a la hora de juzgar la obra). Así que aquí lo detallamos:
El único, random, inevitable y agradecido breast-shot de la película.
El kung fu nos hará libres.
Empieza, cómo no, a morir gente a diestro y siniestro (incluso aparece una nueva pareja más, amiga de Corey, a medio metraje, sólo para dar más material para las muertes gores).
¡Zombies poseídos! O algo así.
Los giros argumentales en la última parte de la peli son bastante estúpidos, con el prota sufriendo una transformación en un extraterrestre de Alien Nación, el clásico ritual para expulsar al demonio y una reversión a la postre fútil del cliché de todo era un sueño (¡anda, todo fue un sueño, pues ya no lo era!) tan genial como inocuo en la trama.
¿Pero por qué, Corey, por quéeeeeeeee?
En esta parte, el demonio Jefe Final (sí, el monstruo que ilustramos a continuación en la siguiente captura) se presenta con un ¿A qué soy guapo? a Corey y Elaine en un alarde bien de autoestima o bien de un sentido del sarcasmo brillante. El final deja abierto la trama a una secuela, que por supuesto no se llegó a filmar.
¿A qué soy guapo? - ¡Me lo has quitado de la punta de la lengua!
En definitiva, para el paupérrimo presupuesto con el que contaba, Demon Wind se eleva por encima de filmes similares de la época y toma cierto carácter de culto dentro del cine de serie B ochentero. Eso sí, si quieres ver un producto más conseguido y menos mofas, echa un ojo a Evil Dead 2.
Fichas de la película:
Puntuación:
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